Primeramente, perdónenme si algunos de los datos que doy son
difusos, erróneos o sin fundamento por falta de investigación por
mi parte.
Lo que escribo a continuación es mi impresión sobre el mundo
actual, mi visión personal y, sobre todo, con la mejor intención de
aportar un entendimiento entre las distintas naciones de este planeta
Tierra, globalizado, en el que las distancias entre nosotros se hacen
cada vez más y más cortas.
Lo primero es que no entiendo el fundamento de las guerras por
cuestiones religiosas. La religión es algo muy personal y a lo que
se llega mediante la fe. Nunca por la fuerza. No se puede obligar a
nadie a creer en Dios o a profesar una religión determinada. Es algo
que debería ser de libre elección. Pues la fe debe ser sincera, y
para que sea sincera, debe ser libre. Es imposible que esté en
harmonía con Dios, si mi fe no es sincera con Él, así como mi
comunicación con Dios. Esto no lo entienden algunos grupos
religiosos, tildados de radicales, que obligan a las personas a
convertirse a su fe. Cuando esto es algo que no tiene ni pies, ni
cabeza. La fe no se impone. Debe ser algo voluntario.
Por tanto, el que haya hoy en día, guerras por cuestiones
religiosas, me parece algo absurdo. Dios es el mismo Dios, para
Judíos, Cristianos y Musulmanes. Dentro del Judaísmo hay muchas
variaciones y sectas, como las hay dentro del Cristianismo y, como
no, también las hay dentro del Islamismo.
Luego hay otra cantidad muy grande de religiones minoritarias, que
no se parecen en nada a las tres principales religiones citadas
anteriormente. Algunas son muy abstractas y otras tienen varios
dioses. Seguro que cualquier estudiante de teología podría aportar
muchos más datos que yo sobre las religiones del mundo.
Por lo que repito, es absurdo hacer una guerra por cuestiones
religiosas. La religión es algo personal, individual, de libre
elección y deberíamos aprender todos a convivir entre nosotros,
junto a nuestra variedad de credos, religiones, razas, culturas y
demás diferencias que nos hacen más humanos. Como seres humanos que
somos, debemos aprender a aceptarnos. A aceptar al vecino, a respetar
sus decisiones y su estilo de vida, siempre que todo esto no se
encuentre en conflicto con la libertad de otros o ponga en peligro la
vida de otras personas, o interfiera con la convivencia pacífica
entre todos.
Las guerras también pueden ser de carácter territorial, como
ocurre en Israel y Palestina. Donde llevan en disputa desde tiempos
Bíblicos hasta hoy en día. En esta guerra en concreto, se mezclan
cuestiones territoriales, con cuestiones religiosas e incluso,
cuestiones de intereses económicos.
Hay guerras provocadas por intereses económicos. Como las guerras
que se disfrazan, para ocultar que la verdadera causa de la guerra,
es el control del gas, del petróleo o cualquier otro recurso
natural, mediante el cual, una o varias naciones pueden llegar a
tener beneficios económicos y por tanto de poder.
El dinero es poder. Quien tiene más dinero, tiene más poder.
Y hay políticos que por el dinero se corrompen, como se pueden
corromper por el propio poder. Tanto monta, monta tanto.
Cualquier invención tecnológica que no suponga una garantía de
ser explotada económicamente, no es rentable y se guarda en el
cajón, hasta que llegue el día de sacarle el beneficio económico.
No interesan invenciones tecnológicas que nos resuelvan la vida
gratis. Por ejemplo: No interesa un motor de hidrógeno que utilice
como combustible, agua. Porque el agua es un bien abundante y esto
sería una ruina para las petroleras. Aunque, y a pesar, de que este
tipo de motores son cero contaminantes y el producto de la combustión
del hidrógeno produzca vapor de agua.
El motor de hidrógeno es un pequeño ejemplo, la punta del
iceberg, de los cientos de proyectos que se quedan arrinconados
porque las empresas no se pueden beneficiar económicamente.
Los centros de investigación de las principales empresas
tecnológicas están llenos de proyectos archivados porque no suponen
ningún beneficio económico a la empresa.
Mi intención, más que remover la mierda, aunque ya la haya
revuelto, es más de intentar hacer entender a la gente, que debemos
aprender a vivir en paz. Que las naciones más fuertes (más ricas)
sean benevolentes con las naciones más débiles.
Y, a pesar de todo, lo que ocurre hoy en día, es lo que está
ocurriendo en la historia del ser humano, desde que se puso sobre sus
dos patas traseras. El fuerte siempre domina al débil. El débil
debe tomarse su destino estoicamente y sobrevivir como mejor pueda.
La única diferencia, es que esto que lleva ocurriendo desde que el
ser humano es ser humano, se está llevando a una escala mundial. Por
lo que debemos llevarnos más cuidado. Y no debemos permitir que un
grupo de personas hostiles y radicales, acaben con la paz en el
mundo. O lo que es peor, que acaben con el mundo.
Desde aquí pido a todas las personas, ya tengan fe, ateos o
agnósticos, cristianos, musulmanes, judíos, hinduístas, budístas,
sintoístas, de la religión que profesen, que centren sus rezos o su
energía, en conseguir un mundo mejor.